Todas las esquinas son redondas

Seudo-novela en constante contrucción que trata de un santiaguino común y corriente que subitamente se encuentra en una situación que le hará cambiar su forma de ver la vida.

martes, julio 04, 2006

CAPÍTULO IV

A las 9:30 PM sonó la alarma del teléfono, salté de la cama a la ducha y me bañe por un buen rato. Allí en la ducha recordé mi nueva faceta de “metrosexual” así que me afeité muy bien, peiné mi cabello y usé aquel perfume que me había comprado. Pensé en que ese mismo perfume le había gustado mucho a Ximena, así que me arreglé bien y use mi chaqueta nueva también.

Ya eran las 10:30 cuando puntualmente Esteban me toca la puerta, y como yo conocía de su extraña puntualidad (en Chile nadie es puntual) y sólo para evitar problemas, yo ya esta listo y dispuesto.

- Qué tal hermano - me saludó cuando entró en mi departamento
- Bien poh loco, cesante, ayer me echaron de la pega – le conté
- Puta que mala amigo mío ¿y como estai de ánimo? – se sentó en mi cama y vio la sospechosa mancha en las sábanas y la película en el video grabador de Jenna Jameson – y me dijo.
- Chucha cesante y pajero!!! JA JA JA JA JA !!!
- Más respeto con los que sufren el flagelo del desempleo – comenté para seguir el chiste pero con mucha vergüenza.
- Oye “tennager wanker, shake the worn!!!” vamos loco que la Coté quiere que llegue temprano. - ¿Qué significa lo que me dijiste?
- Nada loco, Nada, vamos.

Bajamos a la calle y nos subimos al espectacular Honda Civic del año ’90 de mi amigo Esteban. Él era un fanático de los autos Honda y su antigua joya la mantenía mejor que a su polola y que cualquier cosa o persona que le importara. El auto era de color azul marino, con una llantas de aleación negras y con un pequeño “spoiler”. En su interior le había instalado un manubrio de palo de rosa, butacas especiales y tenía una radio que tocaba mp3’s, con conexión USB y una pantalla de líquido que se podían ver hasta películas, creo que la radio y los parlantes valían más que todo el auto.

Esteban condujo por Avenida Irarrázabal al Oriente hasta llegar a Avenida Américo Vespucio y de allí hasta el norte hasta Avenida Príncipe de Gales, donde a unas pocas cuadras estaba el departamento de la Coté. La María José (La Cote) vivía allí sola hace más de dos años y era una exitosa abogada hija de un diplomático, así que ella hablaba inglés y conocía muchísimas partes del mundo. Recuerdo cuando Esteban la conoció en el verano del ’99, cuando juntos y con varios amigos arrendamos una cabaña en Pucón (IX Región de Chile). Nunca la habíamos pasado tan bien ni habíamos gastado tanta plata en un par de semanas.

Fue en una discotheque que conocimos a la Coté, ella estaba con varias amigas pero el único que pudo flirtear y conquistar fue mi compadre. Él siempre fue un ganador con las mujeres.

- Ya llegamos, creo que la Coté iba a estar con unas amigas de la universidad desde las seis de la tarde, tú sabes... a conversar cosas de mujeres – dijo Esteban.
- ¿Hace cuanto tiempo que no veo a la Coté? Estoy tratando de hacer memoria – le comenté
- No sé, un par de meses. Hace tiempo que no te juntas con nosotros. ¿Estai saliendo con alguien?
- Con la Manuela Palma Callosa JA JA JA JA JA
- JA JA JA JA JA – se rió también Esteban de mi chiste – bueno te cuento que la Coté tiene unas nuevas amigas bien ricas y con costumbres bastante “raras”, les gusta fumar marihuana y la Coté le ha comenzado a gustarle la cosa también. Yo estoy bastante complicado con el tema pero tampoco quiero ser exagerado, pero si me preocupa que mi amorcito tenga estos nuevos y tóxicos vicios ¿me entiendes?
- Chucha no sabia que la Coté era una drogadicta.

Esteban me miró con una cara de odio e incomprensión así que le pedí las disculpas. Nos bajamos del auto caminamos hasta el vestíbulo del edificio y le dijimos al conserje que íbamos a la terraza al asado de María José. Subimos por el ascensor y cuando llegamos la terraza esta llena de personas , la gran mayoría mujeres. Al entrar se acercó la Coté en evidente estado de embriaguez y besó efusivamente a Estaban, después me miró y grito “Marco, que rico verte!” y me dio un gran abrazo y un húmedo beso en la mejilla.

La María José (la Coté) vestía unas calzas negras ajustadas y sobre ellas una minifalda de cuero, sobre su pecho usaba un sexy peto que cubría con un pequeño chaleco, no había nada que analizar: ella se veía preciosa y con esa alegría que da la intemperancia se veía muchísimo más atractiva.

Si pensarlo dos veces nos servimos Estaban y yo dos buenos tragos de ron con Coca-Cola y comenzamos a conocer los demás participantes de la fiesta que ya llevaba varias horas. Creo que Estaban conocía a un par de personas más (a parte de Coté) pero era un hecho que éramos los únicos desconocidos de la fiesta.

Supimos que la mayoría de las personas participaban de una ONG que se dedicaba a asesoria técnica y legal al cultivo agrícola de especies no tradicionales en zonas rurales empobrecidas y, que junto con eso, existía la aspiración de formar organizaciones sociales al interior de la comunidad. Conversando con la gente que había allí, muchos me contaban de las aspiraciones del proyecto, de las comunidades indígenas, de los campesinos, de la forma de vivir en el campo y de las posibilidades de exportar productos que en nuestro país ignorábamos que existieran.

En esa conversación conocí a una pareja de esposos: Rubén y Alicia. Él, un gordo y barbón agrónomo de profesión y ella una delicada mujer rubia y delgada que se dedicaba al trabajo social.

- El gobierno nos da una parte que significa sólo el 20 % de los necesario para la Fundación, el 50% se financia con aporte de privados y un gran 30% lo proveen un porcentaje de las utilidades que generan nuestros socios – me comentaba Rubén mientras se atragantaba con un trozo de carne bebiendo a ratos sendos tragos de vino.
- Sí, no solamente establecemos comunidades agrícolas sino que también organizamos jardines infantiles para los niños pequeños y disponemos de un transporte para que los niños más grandes vayan a la escuela – complementaba la información Alicia - ¡Gordo! No sea grosero para comer! – le dijo a su marido.
- ¿Y en qué lugares tiene presencia la Fundación? – Pregunté queriendo interesarme más en el tema... Realmente tenía una sensación de que todo ese grupo era una tropa de esnob.
- Bueno básicamente en la costa de la Sexta Región , cerca de la desembocadura del Río Rapel: La Boca , Matanza, Navidad – argumentó Alicia – Se eligió esa zona debido a don Orlando Oyarzún, el papá de Alicia y uno de nuestros principales auspiciadores privados, tiene propiedades allá y tiene muchos contactos con las autoridades y la comunidad de esa zona, lo que ha facilitado mucho el éxito de la Fundación.
- O sea ¿el papá de la Flaca Alicia es su jefe? – pregunté con aire suspicaz
- No para nada – respondió Raúl con un nuevo pedazo de carne en las manos listo para engullírselo – Don Orlando es nuestro benefactor y si bien su dinero es parte de la provisión de nuestros sueldos, el no puede tomar ninguna decisión con la orgánica de la Fundación, las decisiones las toma el directorio.
- Entiendo – dije con ganas de terminar la conversación, tome otro trago de ron y me disculpé con las ganas de ir al baño.

No sabía lo que me pasaba, me sentía muy molesto, no obstante la noche parecía ser perfecta: buenos tragos, buena comida, buena música, bonito lugar, gente interesante (esnob clasistas pero interesantes) y bastantes mujeres atractivas, y a mi me costaba sonreír, engancharme en alguna conversación o menos galantear. Pensé en que hasta me había preparado con lo de la masturbación, lo del perfume, lo de peinarme bien y la chaqueta. Comencé a buscar un lugar para que el mundo me olvidara así que me alejé de la parrilla y de la gente. Llegué a una especie de living que había en la terraza del edificio, allí encontré a un par de mujeres que fumaban y reían sin parar.

- Hola lindo!!! – me saludó una de ellas con mucha risa, me alegré a escuchar ese saludo mientras la otra mujer reía también.

Las dos mujeres eran delgadas y atractivas, una era algo crespa y de tez morena y la otra era una mujer muy blanca tenía una melena rubia tipo “príncipe valiente”, ambas vestidas a la moda debieran haber tenido entre 30 y 35 años, reían como si hubieran escuchado el mejor chiste y allí me di cuenta que estaban fumando marihuana. Pensé en lo pobre que son las personas que consumen drogas y que necesitan de fumar o inhalar para ser felices. Me sentí orgulloso ser un sujeto sano que sólo fumaba cigarro y que de vez en cuando se emborrachaba, bueno salvo en mi época en la universidad.

Lo terrible que comencé a reír con ellas. Allí me percaté que la mujer rubia era extranjera (onda gringa) y la crespa era chilena, aunque no estaba muy seguro.

- Hola – dije con cierta seguridad - ¿cómo la están pasando?
- Very stoned – dijo la gringa rubia cagada de risa – You’ re nice!!! – y me acarició la cara con mucha ternura, me puse nervioso, no hablaba inglés ni tampoco sabía que decir.
- ¿Cómo la estás pasado? – me dijo la crespa mientras le susurraba algo al oído a la gringa y ambas reinan como locas.
- Bueno bien, creo... me llamo Marco ¿Y ustedes como están? Parece que tu amiga es extranjera dile que le doy la bienvenida a la ciudad de Santiago – dije con una inusitada seguridad que me emocionó y me dio nuevas esperanzas.
- Yo me llamo Dennisse y ella se llama Heidi y es holandesa y habla muy bien español ¿quieres fumar? – me dijo ofreciéndome el cigarro de marihuana que estaba fumando – es skank holandés, Heidi lo trajo desde Ámsterdam.

En ese momento pensé en las crónicas de los periódicos de que en algunos bares mujeres extremadamente atractivas te buscan conversación y te invitan un trago que tiene droga, uno se duerme y terminan robándote todo. Pensé que estás mujeres eran de esas y opté por negar el cigarro.

- Bueno tu te lo pierdes – me dijo la mujeres de pelo crespo, Dennisse, y se dio un gran fumada tirándome una gran bocanada de humo en la cara.
- Come on, ven siéntate con “nostras” a conversar – dijo la gringa – tomándome la mano y acercándome a un gran sillón.
- Ok! Y ustedes que son de la Coté? – pregunté pendiéndome cómodo justo entre las dos mujeres y bebiendo un largo y seguro trago de ron.
- Yo soy abogada, conozco a María José desde la Universidad y algunas veces hago accesorias en la fundación – me comentó Dennisse.
- Yo soy botánica, es decir, me dedico al estudio de las flores y en especialmente a lo que se llama Fitogeografía o Geobotánica – me comentó que su inusual y sensual acento gringo – Estoy en Chile liderando un proyecto de producción de flores en la zona de Navidad, en Holanda tenemos mucha experiencia.
- Pero mira que bien – dije, mientras me servia ya mi tercer trago.

Dos mujeres hermosas, atractivas, simpáticas, cultas pero drogadictas. Mi vida era una tragedia. Pensé en la porno de la tarde y creí factible hacer un trío con la crespa y la gringa. Eso quedaría en los anales de mi vida y si nadie me creyera que pude tener sexo simultaneo con una abogada “cuica” y una holandesa (ambas ricas) podría morir tranquilo. Tomé un nuevo trago, ya había comenzado a emborracharme, y decidí que debía lograr que ambas mujeres terminaran desnudas en mi casa.

En el fragor de la conversación la música paso desde un tranquilo y sofisticado “tirp hop” a un bullicioso y extremadamente popular “reggeton” y la fiesta se armó de lo lindo. Todos bailaban con sus tragos en la mano, fumando cigarro y riendo. Ensayaban pasos poco ortodoxos y reían mientras daban vueltas en su propio eje al ritmo de “la gasolina”...”Lo que pasó, pasó!!!” gritaban todos al mismo tiempo.

A esa hora (que no recuerdo), debieron haber al menos unas 50 personas, la terraza del edificio era bastante grande , bonita y con una piscina aunque hasta este momento nadie se atrevía a darse un chapuzón , quizás la lujuria no hervia lo suficiente.

Dennisse, se paró del sillón al perecer para ir al baño, Heidi (la holandesa) sacó otro cigarro de marihuana me lo mostró y dijo “un porrito?”. Yo me tomé un nuevo trago para el valor y allí sentado la besé tierna y rápidamente en los labios antes que se llevara el cigarro a su boca, diciéndole “Eso te hace mal, te puede dejar hueoncita”, ella se alejó un poco de mi me miró seriamente y luego comenzó a reír como loca. Yo nuevamente me tome otro trago y para salir de la situación incomoda la invité a bailar.

“Nadie lo sabrá, shuu , shuu, Nadie lo sabrá” cantaban todos. Yo me puse a bailar mis típicos pasos de cumbia de año nuevo sin soltar el vaso de la mano cuando Heidi (la gringa) se pone a bailar tal cual como las modelos de la televisión. Ella movía su espectacular culo de una lado para el otro y se me acercaba sensual sonriéndome, pensé que parte de mi maquiavélico plan el trío tenia un buen comienzo ya que definitivamente tenia loca a la gringa. “Muevete y perrea y perrea perrea” Heidi se me acercaba me rozaba con sus senos, hacia que le pusiera mis manos en sus caderas con ella dándome la espalda y mostrándome como podio generar verdaderos espasmos con su culo al ritmo de música. Trate de alejarme para recuperarme de la impresión y fui raudamente por dos tragos de ron con Coca-Cola bien “cabezones” le ofrecí uno a ella mientras ella bailaba sola mostrándome lo bien que movía su cuerpo, ella se acercó y me dijo al oído “I do not drink alcohol” y seguimos bailando.

Tomé mi enésimo trago de la valentía y la besé apasionadamente y nos fuimos besando y caminando a tropezones hasta dónde estaba el sillón dónde nos habíamos conocido. Sus besos eran muy húmedos y para mi gusto exageraba mucho con la lengua lo que hacia que yo quedará con mucha baba. Me dije que sí había resultado el perfume, el peinado, la chaqueta y masturbación porque esa combinación me había hecho irresistible para la holandesa. Seguimos besándonos cuando nos percatamos que estaba Dennisse sóla hablando por teléfono en en el sillón. “Cresta!!!” pensé ahora me comenzaré a besar con las dos o primero se comenzaran a besar las dos en un “cuadro plástico” privado y después las invitaré a mi casa y podré cumplir mi sueño , no! cumpliré el sueño de cualquier hombre, no! el sueño de todos los hombres del mundo. Pensé y si no soy capaz? Tendré que pasar disimuladamente a una farmacia a comprar Viagra o algo por el estilo. Me inundé de miedos, pero las bellas tetas de la holandesa calmaron milagrosamente mi ansiedad.

- ¡Guauuuuu! Heidi tiene nuevo pololo – Dijo Dennisse mientras colgaba su teléfono.
- ¿Dame marihuana?, finished to me.
- Sure, this boy is terrific – le dijo Dennisse a Heidi mientras le pasaba un cigarro de marihuana y le hacia una seña de con las cejas.

Cresta!!! Cresta!!! Cresta!!! No cabía duda era mi día, era la mejor noche de toda mi vida, las mujeres se habían hecho signos gestuales de compromiso y maldad. Tomé nuevamente un trago para la valentía y les propuse a ambas que fuésemos a mi casa ya que acá el “carrete” se estaba poniendo aburrido y para la mayor de mis sorpresas accedieron riendo mientras fumaban el cigarro de marihuana, me volvieron a ofrecer y yo con la valentía del borracho y lo poco pudoroso que el alcohol vuelve a las personas, accedí y me di varías y fuertes fumadas.

Me despedí de Esteban que estaba algo ofuscado conversando con el gordo esposo de la rubia y con chicas tratamos de buscar a la dueña de casa (a la Coté) pero no la encontramos. Decidimos salir a esperar un taxis y allí me di cuenta que mi borrachera me estaba complicado, no obstante me aprovechaba de la situación y besaba a ratos a Heidi y le tocaba el poto a Dennisse.

Paramos un taxis y le dije al taxista con un definitivo tono de borracho:

- Amigo... amigo... fuuuuu... vamo’, vamo’, vamo’ a Román....Román Díaz 1025 cazi ezquina.... fuuuu de Sucre – el taxista me miro con una cara entre risa, odio o envidia – Vamos mijitas, yo me voy al medio pa’ que nos vayamos regaloneando.

Ambas mujeres no paraban de reír y conversaban algo con el taxista que a estas alturas no podía dilucidar. Mi cabeza comenzaba a girar dentro del taxis y el perfume de ambas mujeres me comenzó a descomponer. Mi cabeza giraba, giraba y un espasmo me dijo que debía vomitar. Las mujeres parece que inmediatamente se dieron cuenta porque hicieron parar el taxis y juntas me sacaron del auto y me llevaron al lado de un árbol en una plaza, yo allí creo que vomité toda mi humanidad... Después de un buen rato vomitando, nos subimos nuevamente al auto, pero ahora yo me fui sentado al lado de la ventana recibiendo el frío aire del Otoño de Santiago.

No sé como me bajé del auto, ni como entré a mi departamento, tampoco sé que pasó que las mujeres, ni lo que hablé, ni lo hice, pero al otro día desperté en mi cama sólo, con mucha sed y con un terrible dolor de cabeza. Pero eso era sólo un detalle, me comencé a dar cuenta que había perdido la oportunidad de mi vida y que esta situación iba ser muy difícil que se repitiera a no ser que le pagara a un par de prostitutas, aunque ese no era mi estilo. Me senté en mi cama y me puse a llorar como un niño y dije en voz alta “Marihuana culia’a, por la re conche su madre!!!!”

4 Comments:

At 3:09 p. m., Blogger Miss Fine said...

Hola Seba, cuándo podemos esperar otro capítulo de tu novela? Es qie es buenísima.

 
At 5:18 p. m., Blogger SEBA said...

Miss Fine , te comento que me ha costado bastante escribir el próximo capítulo ya que allí quiero explorar un poco el pasado de mi personaje para darle tratar un poco de explicar su personalidad y me ha sido muy dificil.

Te agradezco mucho tus comentariso y te prometo que pronto seguiré escribiendo

 
At 4:52 p. m., Blogger Miss Fine said...

Ok Seba, sigo esperando.
Te deseo mucha tranquilidad para escribir y que te salgan unas buenas ideas como siempre.
Según he leído en tu novela el espanol de Chile me parece muy bonito.

Suerte y saludos

 
At 12:16 a. m., Blogger LSI said...

Pucha primero ke todo gracias por el posteo, y lo de la marihuana es re complicado es un tema largo y se podría decir ke sin término o una solución lógica. Me sucedió algo similar, cuando organizaron la cuestión de la LOCE. Nos juntamos con unos amigos, nos tomamos algo y hasta ahí todo bien, llegamos a las cercanias del estadio y me dieron ganas de orinar y entre tanto tomar como ya en la segunda o tercera vuelta, después de mear, no me acuerdo de nada, sólo me vi dando dando vueltas cerca de Irarrazabal, conclusión "me habían drogado" y reaccione recién como a las 3:00 am, para mas remate perdí la billetara y quede con la plata que por suerte tenía en los bolsillos. Definitivamente no tomo mas con gente que no término de conocer...

 

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